21 de junio 2024
Manuel Rojas Pérez
Profesor de Gestión Pública Funcionarial en la Especialización de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Central de Venezuela
Director de la Revista de Derecho Funcionarial
Miembro de la Junta Directiva de AVEDA
El estudio científico de la función pública pasa por un proceso de evolución y recomposición. Nuevos paradigmas de la modernidad, como las nuevas tecnologías, las redes sociales, el acceso a conocimiento por el internet, la gestión del dato, la inclusión de la perspectiva de género y un mayor respeto por la igualdad, los sistemas de trabajo remoto e híbridos a los que nos obligó la pandemia de Covid-19, hacen repensar al sector público desde la perspectiva de sus servidores públicos.
Hoy, a nuestro entender, no es suficiente estudiar al régimen de los funcionarios desde la visión estrictamente jurídica: estamos acostumbrados los pocos que estudiamos con alguna profundidad el sistema funcionarial venezolano, a limitarnos a analizar el sistema de derechos-deberes-obligaciones de los funcionarios de carrera y/o de libre nombramiento y remoción, la administración de los cargos y el ámbito disciplinario.
Pero hoy se hace necesario estudiar otros elementos, nuevas modalidades, que no solamente indiquen qué debe hacer el funcionario para considerar que se ha hecho conforme a la legalidad (cosa que es necesaria) sino que es importante hoy también analizar cómo ese funcionario puede hacer su labor pública de manera eficiente y productiva.
En ese sentido, hemos estado dictando la cátedra denominada “Gestión Pública Funcionarial” en la especialización de Gobierno y Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela, como disciplina que busca, dentro de los límites que permite el derecho administrativo al que pertenece el derecho funcionarial o de la función pública, generar un marco de fomento al servidor público en general y al funcionario en particular, para que este pueda brindar una buena gestión.
El nombre de nuestra cátedra, Gestión Pública Funcionarial, indica que la gestión pública ⸺entendida como el conjunto de actividades y procesos dirigidos específicamente a llevar a cabo la administración de los recursos de organizaciones públicas, promoviendo el progreso y la prosperidad de los ciudadanos⸺ debe gestarse a partir de los funcionarios, que al fin y al cabo son los que le dan vida a la Administración pública que ejecuta las políticas públicas. Es decir, la gestión pública funcionarial intenta lograr una perspectiva teórica orientada a organizar la gestión administrativa de manera óptima y productiva, con el objetivo de generar valor y satisfacer las demandas de la población de la manera más viable económicamente.
Algunos autores llaman a este enfoque “nueva gestión pública”. Nosotros creemos que Gestión Pública Funcionarial abarca más conceptos que permiten ver la labor del funcionario y su importancia para la sociedad desde una perspectiva más global. Pero, básicamente hablamos de lo mismo. Nuestra cátedra podría perfectamente llamarse de esa manera.
Por cierto, el nombre de la cátedra no es autoría nuestra, sino idea del profesor Leonel Alfonso Ferrer, director de la Especialización, quien cuando le planteé la posibilidad de dictar una cátedra que analizara la relación de los funcionarios con la gestión pública y la gobernanza, esbozó ese nombre que adoptamos inmediatamente.
Lo cierto es que nuestra sociedad ha evolucionado y la Administración está obligada a acompañar esos cambios. “Tiempos para el cambio sin vuelta atrás” lo define María Dapena Gómez. Tiempos “…de frustración ciudadana, de desafección y de disminución de la confianza política; de cuestionamiento de las bases del sistema político; del funcionamiento de la democracia representativa” (Arenilla Sáenz) en los que el Estado debe reformular imperativamente la interacción con la comunidad, establecer una legitimidad renovada y cree una narrativa inclusiva y diversa sobre lo público porque la democracia está perdiendo frente al autoritarismo y el populismo (véanse los datos del informe Latinobarómetro 2023 que señala que el apoyo a la democracia en Latinoamérica ha disminuido en casi 20% de 2010 a 2023) y la falta de eficiencia de la Administración pública y de nuestros funcionarios (especialmente de los superiores jerárquicos y gerentes) tiene mucho de culpa en ello.
Así, es esencial que los funcionarios adquieran nuevos conocimientos, habilidades y recursos para responder a las emergentes necesidades y demandas de la sociedad, abrirse genuinamente al diálogo social e incorporar una perspectiva de futuro en la planificación.
Los tiempos en los cuales vemos cambios en la gestión pública son vertiginosos. La pandemia obligó a acelerar tiempos de respuesta, a simplificar trámites, a disminuir tiempos de atención (o de retención) de ciudadanos en oficinas públicas. Se demostró que no es necesario hacer pasar a un usuario horas y horas en la sede de una institución pública para resolver su solicitud. La tendencia mundial (no necesariamente aplicada en Venezuela) es la de reducción al máximo de los tiempos medios de tramitación administrativa, de agilizar la resolución de asuntos públicos.
Esto nos obliga a pensar en cargos “bimodales” por la necesidad de establecer sistemas de trabajo remoto e híbridos que nos llevó la pandemia, donde cobra especial importancia la figura del gerente de talento y desarrollo que permita establecer los perfiles de cargos y funcionarios más acordes a las nuevas realidades de la función pública.
Así, proponemos estudiar la función pública aplicando conceptos extrajurídicos más cercanos a la ciencia política y gerencial: gobernanza, eficiencia, gestión de datos, productividad, atención al ciudadano, gerencia, foco en los resultados, estadística, indicadores de gestión, políticas públicas, recursos humanos, liderazgo, cultura corporativa, cuadros de mando, comunicación interna y efectiva, planificación estratégica, formación de habilidades duras y blandas y por supuesto, democracia y democratización del acceso a la Administración y a los servicios, igualdad de todo tipo (género, raza, credo), respeto y aplicación a la Constitución y al Estado de derecho.
En la transformación del sector público, es crucial centrarse en las personas. Este enfoque impulsa la gestión del cambio como un elemento esencial para alcanzar el éxito, superando los desafíos de la rigidez tradicional y la resistencia al cambio que pueden presentarse en nuestras administraciones e instituciones. Este esfuerzo contribuye a la creación de entornos de trabajo que son psicológicamente saludables, seguros y éticos asegura una Administración pública que respeta la dignidad humana, rechaza las microagresiones de género (con especial vista a la integración de perspectiva de género) y promueve la igualdad de oportunidades, para poder cerrar brechas en salarios, avance profesional y académico, y facilitar la conciliación entre la vida laboral y personal. Además, se reconoce y valora la diversidad funcional de las personas a lo largo de su vida, carrera profesional y desarrollo personal.
La formación de los funcionarios pasa a ser un elemento absolutamente imprescindible en esta visión. Nótese que en la Ley del Estatuto de la Función Pública la capacitación es un deber y no un derecho (artículo 33 numeral 8 de la Ley) y creemos que este debe abarcar ambas modalidades: un derecho que los funcionarios puedan exigir y un compromiso que el funcionario debe cumplir. Es decir, que sea una obligación de la Administración a formar de manera constante y permanente a su capital humano profesional.
Además de eso, esa capacitación no debe ser solo en el área técnica del cargo del funcionario (por ejemplo, formación jurídica a funcionarios que ostenten cargos públicos de abogados en algún organismo público) sino que sería necesario brindar formación en competencias que van más allá de los conocimientos técnicos y académicos. Es lo que se llama hoy día habilidades blandas, que abarcan entre muchas otras cosas: adaptabilidad, comunicación, pensamiento creativo, ética de trabajo, fiabilidad, trabajo en equipo, gestión de tiempo, motivación, liderazgo, resolución de conflictos, pensamiento crítico, inteligencia emocional. Y es que el funcionario con estas herramientas puede ser más efectivo, brindar soluciones más eficientes y certeras, atender mejor al público y motivarse más. Y un funcionario motivado es garantía de una mejor prestación de su labor y, por tanto, del servicio público.
En ese sentido, planteamos el estudio de la Gestión Pública Funcionarial (o nueva función pública si así prefiere llamarlo) con el objetivo de profundizar en el análisis y discusión de la organización administrativa venezolana relativa a los funcionarios públicos y el régimen de la carrera administrativa desde la perspectiva de la gestión pública, enfatizando los métodos de mejorar los resultados de las labores de los funcionarios.
En esta cátedra que impartimos en la especialización en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Central de Venezuela estudiamos el concepto de función pública y su relación con la Administración pública, luego sus antecedentes históricos, naturaleza jurídica de la relación de empleo público. También, hacemos un análisis pormenorizado del régimen jurídico de la función pública venezolana, a nivel constitucional, legal con el estudio sistemático de la Ley del Estatuto de la Función Pública y demás normas funcionariales de rango legal que se encuentran vigentes y sub legal, con el estudio del parcialmente vigente Reglamento General de la Ley de Carrera Administrativa. Después evaluamos aspectos particulares de nuestra función pública como el sistema de administración de los funcionarios (selección, ingreso y ascenso; remuneraciones; evaluación del desempeño; ; órganos de dirección y gestión de la función pública), gestión de recursos humanos en la Administración pública (grupos humanos, liderazgo, motivación, cultura corporativa, comunicación interna; planificación y análisis de cargos; reclutamiento, perfiles funcionariales y concursos públicos; orientación y desarrollo profesional; selección interna y carrera profesional; la función directiva en la administración pública y la salud laboral y la LOPCYMAT), innovación tecnológica y funcionarios (digitalización, automatización, inteligencia artificial y otros instrumentos tecnológicos al servicio de la Administración pública; la posición del ser humano frente a la innovación, en especial frente a la inteligencia artificial; un nuevo perfil de funcionario público: la innovación como nuevo desiderátum de la función pública; posibilidades que otorga la innovación a la función pública: concursos públicos inteligentes; evaluaciones de desempeño; planificación para carrera administrativa; capacitación; apoyo en procedimientos disciplinarios; sustitución de tareas repetitivas; planificar jubilaciones), para culminar con el estudio de lo que, en atención a todo esto, llamamos la búsqueda de un nuevo funcionario público, que no es otra cosa que la consolidación y proyección de la función pública en Venezuela para mejorar la gestión pública.
Hacemos este pequeño esbozo como propuesta para ampliar los esfuerzos académicos en el estudio de la función pública venezolana, ampliando la visión de su análisis y fomentando al progreso de nuestra Administración pública dándole herramientas a nuestros funcionarios para que puedan sentirse motivados, mejor capacitados y entrenados, debidamente remunerados.
Bibliografía:
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GÓMEZ, María Dapena. “Nuevos paradigmas en la gestión pública: presente y futuro del sector público en clave holística y digital” en https://capitalhumano.laleynext.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAkNLQ0MDE7Wy1KLizPw8WyMDI2NDI0Mjtbz8lNQQF2fb0ryU1LTMvNQUkJLMtEqX_OSQyoJU27TEnOJUtdSk_PxsFJPi4SaUJCYV-2QWl9h6AAnHdLf8olxVIxMAnII2XnoAAAA=WKE
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